Intervención de la senadora por el Partido Revolucionario Institucional, Beatriz Paredes Rangel, durante la visita de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet. Sesión Solemne.
Senado de la República, 8 de abril de 2019.
Hablo a nombre del Grupo Parlamentario del PRI, Bienvenida señora Comisionada y querida presidenta.
En mi condición de integrante de la Comisión Bicamaral de Seguridad Nacional y de Relaciones Exteriores, desde esas plataformas mis comentarios.
Bienvenido también, el señor presidente de la Cámara de Diputados.
La cuestión de los derechos humanos ha de observarse en México conscientes del claroscuro que ha caracterizado la historia de nuestro país en esta materia.
Si bien es cierto que hemos procreado instituciones y establecido leyes que cumplen con las convicciones de la ética pública y recogen los acuerdos internacionales que ha suscrito el Estado mexicano, también es verdad que en nuestra realidad se presentan situaciones graves, incluso trágicas y aberrantes, que no pueden llevar a nadie a sentirse satisfecho de la situación en su totalidad.
Por eso, en este tema, en México siempre debemos estar alertas. De ahí la insistencia de este Cuerpo Colegiado, para que la Guardia Nacional mexicana sea una institución de carácter civil, con la coadyuvancia de las instituciones castrenses, es cierto, pero sin sustituir la jerarquía del mando civil, ni desnaturalizar al Ejército y a la Armada, convirtiéndolos en instituciones policiales o de persecución.
Confiamos en que la colaboración respetuosa del sistema de Naciones Unidas, a través de usted, incidirá en que el surgimiento de esta nueva institución, la Guardia Nacional, que puede ser vital en el combate a la delincuencia, se dé, adoptando los parámetros y límites de una corporación eficaz, observadora y vigilante de los derechos humanos.
Esperamos que efectivamente en los nombramientos se cumpla con la ley.
Al adicionar la propuesta original sobre la Guardia Nacional, evidenciamos la riqueza de la colaboración democrática entre Poderes y la decisión de preservar los principios esenciales que dan cohesión a nuestro Estado nacional democrático, así lo ratificó la votación por unanimidad de este Senado.
Esto es de la mayor trascendencia, porque nos encontramos en una de esas etapas de la historia del mundo, en que la desesperación por la inseguridad lleva a las sociedades a olvidar los valores humanistas y el actuar en concordancia con las normas civilizadas de la convivencia humana.
La barbarie delincuencia y la prevalencia del crimen despiertan deseos de venganza y castigo en las sociedades que a veces reclaman la legitimación de la barbarie gubernamental para sentirse seguros. La dolorosa conceptualización de ojo por ojo, diente por diente.
Son periodos en los que se pone a prueba la condición de los gobernantes, su vocación democrática profunda.
Actuar con la fuerza del aparato del Estado en momentos de crisis, es la respuesta fácil, aunque la historia nos ha enseñado en todas las latitudes que las más de las veces ha sido la respuesta equivocada.
Planteaba la necesidad de que el sistema de Naciones Unidas acompañe el tema de los niños migrantes que son depositados como objetos indeseables en la frontera.
Creemos que una estrategia compartida con México de la Alta Comisionada puede ser muy útil, y desde luego, al preocuparnos por los niños, expresamos nuestra solidaridad con la permanencia y ampliación de las estancias infantiles en México.
Desde Topolobapo, Sinaloa, dijo el poeta, bajé por esos nombres hemisféricos, ásperos nombres que los dioses dejaron de herencia a México, cuando en él entraron a mandar los hombres menos crueles que los dioses, y puedo afirmar que no hay en América, ni tal vez en el planeta, país de mayor profundidad humana que México, sus hombres y sus mujeres.
A ese México que pudo ver Pablo Neruda, le pedimos que respalde y acompañe para la plena vigencia de los derechos humanos en el Siglo XXI.
Muchas gracias.