Los números 1453, 1455, 1456 parecen no decir nada…
Pudieran ser solo juego de cifras
Son número fríos, sin emociones
Números casi consecutivos. Podría decirse que son números descansando en la hoja de algún cuaderno esperando ser utilizados
Pero son números portadores de dolor
Hay que decirlo; son los números que portan y con los que se refieren a tres mexicanos presos en Malasia
Tres mexicanos presos y condenados a la pena capital… ¡a la Pena de Muerte.!
Tres mexicanos que fueron arrestados en marzo de 2008
Están acusados y hallados culpables de “preparar” drogas en ese lejano país.
En Malasia los delitos que tiene que ver con el narcotráfico se castigan quitándole la vida al culpable… Son sus leyes… allá son así.
Los tres ya perdieron la batalla judicial… y casi también la esperanza de alcanzar el perdón y con ello salvar la vida
José Regino, Luis y Simón González Villareal son sus nombres, son los nombres de quienes la Ley Malaya, sentenció a la horca…
Se podría discutir la ley en ese país… pero; son sus leyes
Incluso si son inocentes o no.
Lo discutible aquí es lo siguiente.
El Excelentísimo Embajador Mexicano no brindó la atención debida para que se respetaran los Derechos de los tres mexicanos.
Fueron detenidos y acusados sin tener un intérprete de apoyo
De acuerdo a los Tratados Internacionales No se respeto el Debido Proceso.
No se les asignó una Defensa por parte del estado Mexicano
Permanecieron por años en una prisión siniestra, sin ningún sostén institucional mexicano
No existen registros de visitas consulares para garantizar su Defensa
Ninguna ONG mexicana “de las que tienen derecho de picaporte” se manifestó en algún momento.
Tuvieron una defensa rala… muy delgada… de buena voluntad pero muy limitada.
Fueron –casi- ellos solos, contra el poder del Estado Malayo
Y Ya perdieron.
La semana anterior se les decretó la Pena Capital…
¿Y que han tenido a su favor?
Declaraciones lacónicas de la SER, una manifestación de la CNDH y algunas voces balbuceantes que “no están de acuerdo con las leyes de Malasia.
Algunas de esas voces creen que los tres hermanos son culpables, otros que son inocentes.
No lo sabemos nosotros,
Lo que sí sabemos es que debemos de apelar al más elemental de los Derechos; El Derecho a la vida
A eso hay que apelar
No estamos defendiendo su posible inocencia o su posible culpabilidad…No
Estamos hablando de que se respete la vida de tres connacionales
Y de que la autoridad mexicana agote –si aún hay tiempo- todas las instancias para lograr ese cometido
El Estado Mexicano proteger debe la vida de sus gobernados en el país, y en el extranjero. Y si no lo hace, estará faltando a su Deber, con mayúscula.
La omisión también es pecado…
Sólo queda una opción…
La más complicada… que el Sultán de Malasia otorgue el perdón… se ve difícil
Mientras tanto en Sinaloa se recuerda a diario el inicio de ésta tragedia…
Sonó el teléfono y Efrén, hermano de José Regino, Luis y Simón tomó descolgó el aparato… se puso pálido y solo logró decir;
¡Mis hermanos están detenidos en Malasia…!
¿Y eso dónde es…? preguntó la familia…
“por el fin de la tierra…” pensó Efrén, agachado… consternado
Sus padres, don Héctor y doña Carmen no se han resignado… esperan volverlos a ver… así con la esperanza viven y también casi mueren a diario de tristeza
José Regino, Luis y Simón caminan dentro de un cuerpo que sienten como que no es de ellos, como que es prestado… por el gobierno de Malasia…
La vida de sus cuerpos ya no les pertenece…
¿Nadie en nuestro país, ninguna autoridad va a decir nada…?
¿Los vamos a dejar morir así como así…?
Si es así; ¿en que nos estamos convirtiendo…?