Adelgazar no es el único efecto: qué le pasa a tu cuerpo cuando moderas los alimentos procesados en tu dieta
Todo el mundo habla de consumir menos alimentos procesados para bajar de peso, regular la presión sanguínea o sentirse mejor en su cuerpo. Pero ¿qué es un alimento procesado? Simplemente tomar un arándano ya es procesar la comida, explica Malina Malkani, nutricionista y vocera de la Academy of Nutrition and Dietetics estadounidense, para Reader’s Digest.
«La comida ha sido procesada por miles de años; casi todo lo que comemos ha pasado por alguna forma de procesamiento», explica. «Sin embargo, el nivel de procesamiento de los alimentos está en un espectro que va desde mínima a fuertemente procesados.»
¿Qué supone procesar un alimento?
Otras veces, el proceso puede involucrar la adición de ingredientes que, en exceso, son dañinos: azúcar, sal o grasas trans. Exagerar con esos alimentos puede incrementar los riesgos de enfermedades cardiovasculares, diabetes o aumento de peso. Por eso, muchas personas quieren comenzar una dieta más «limpia» desde ahora. Estos son 5 efectos de llevarla a cabo.
¿Qué le pasa a tu cuerpo cuando reduces los alimentos procesados?
1. El cuerpo los extrañará
Cuando reduces la cantidad de azúcar y sal que ingresas a tu cuerpo, este debe ajustarse a la nueva dieta. Durante los primeros días (un período que en algunas personas puede durar más de una semana), puedes sentirte fatigada, ansiosa, hinchada, con dolor de cabeza y con ganas de comerte el mundo.
2. Estarás de mejor humor
Debes acostumbrarte antes de que todo mejore. Comer menos alimentos procesados hará que, a la larga, te sientas de mejor humor más seguido. La falta de nutrientes puede provocar cansancio e irritabilidad; entonces, cuando reemplazas algunos alimentos, se nota. También tiene que ver con la relación que hay entre la dopamina, la serotonina y el exceso de azúcar.
«El jarabe de maíz de alta fructosa, el azúcar y algunos ingredientes artificiales estimulan la liberación de la serotonina, un neurotransmisor que mejora el humor», explica Carol Aguirre, nutricionista. Esto sería muy bueno para nosotros si el cerebro no tuviera recursos limitados de serotonina. Agotar todo el tiempo las reservas de este neurotransmisor puede ponernos en un humor similar a los síntomas de depresión.
3. Te acostumbrarás al sabor
Es cierto que tu amor por el chocolate nunca podrá desaparecer, pero si consumes menos de la dulce tentación, cada vez que la comas te parecerá más empalagosa. Lo mismo pasará con las comidas saladas. Entre 10 y 15 días después de comenzar, notarás la diferencia, y, para ti, las frutas y verduras crudas, sin condimentar ni saborizar, podrán ser lo más sabroso del mundo.
Hay varios estudios sobre el tema: después de comenzar una dieta baja en sodio, las personas suelen terminar prefiriendo el sabor de las comidas con menos sal, al encontrar que las comidas que antes consumían se les hacen ahora muy saladas.
4. Tendrás mejor concentración
«No toda la gratificación se hace esperar», dice Weber. «Puede que te sientas más energizada y concentrada.» Aguirre, por su parte, explica que si bien el cerebro necesita azúcar para funcionar bien, el mejor tipo de azúcar es el de las frutas y verduras. Consumir demasiadas comidas cargadas de azúcar puede desequilibrar tu cerebro y hacer que sea más difícil concentrarte.
Lo más frecuente, después de haber consumido azúcar en exceso, es que los niveles de azúcar en sangre suban y luego desciendan, lo que causa hipoglucemia reactiva. De acuerdo a la Clínica Mayo, los síntomas pueden surgir a cuatro horas de haber comido, e incluyen hambre, debilitamiento, sudoración, confusión mental y ansiedad. «Evitar consumir alimentos procesados en grandes cantidades puede mantener tu cabeza despejada.»
5. Dormirás mejor
La cantidad de azúcar que consumamos impacta en la calidad del sueño. De acuerdo a la National Sleep Foundation estadounidense, mantener estables los niveles de azúcar en sangre es clave para conseguir un ciclo de sueño ininterrumpido. De otra manera, te despertarás durante la noche, incluso sin darte cuenta, porque te vuelves a dormir enseguida. Estas interrupciones, aunque no lo parezca, tienen un papel importante en la fatiga que sentirás al despertar. De hecho, la fundación aclara que cuanto más azúcar consumas en el día, más veces te despertarás.
Consejo extra: evita también las grasas antes de ir a dormir. Las comidas muy pesadas pueden contribuir a la indigestión o la acidez mientras dormimos, lo que también interrumpirá el sueño.
6. Tu digestión mejorará
Si reemplazas la mayoría de los alimentos procesados en tu dieta por alimentos de mejor calidad y más nutritivos, tu sistema digestivo también sentirá los efectos. Podrás sentirte más deshinchada y tendrás movimientos intestinales más frecuentes debido a la cantidad de fibra que estás consumiendo. Sin embargo, necesitarás un tiempo para acostumbrarte. Hasta entonces, puedes sufrir algunas incomodidades intestinales. No te preocupes: el cambio será beneficioso.