Bolsonaro tiene una misión en Davos: presentar un nuevo Brasil
- El presidente de Brasil debutará este año en el Foro Económico Mundial, y acudirá al mismo con el fin de reconquistar a los inversores, luego de años de recesión económica y agitación política.
El presidente Jair Bolsonaro debutará este año en el Foro Económico Mundial de Davos con una misión: presentar un nuevo Brasil, más abierto al comercio y a la inversión extranjera.
Los inversionistas ciertamente estarán escuchando. La perspectiva de que la novena economía más grande del mundo pueda volverse más amigable para los negocios es como música para los oídos de ejecutivos petroleros e inversionistas de cartera por igual, después de más de una década de políticas intervencionistas de gobiernos anteriores. Incluso después de un aumento de 20 por ciento en los últimos cuatro meses, el índice principal de la bolsa de valores de Sao Paulo sigue 40 por ciento por debajo de su máximo histórico en términos de dólares.
A pesar de todo el potencial, los inversionistas querrán algo más que promesas. Los años de escándalos de corrupción, recesión económica y agitación política –que incluyeron un juicio presidencial– aún están frescos en la memoria colectiva. El aire a populismo económico en México tampoco ayudó a la región.
Ahora, el nuevo líder de Brasil, un excapitán del Ejército que ha admitido su total ignorancia de los problemas económicos, tendrá que convencer a su audiencia en los Alpes suizos de que puede cubrir un enorme déficit presupuestario mediante recortes de gastos e ingresos adicionales. La perspectiva económica para el país se mantiene estable pero decepcionante, según las últimas estimaciones del Fondo Monetario Internacional, que prevé un crecimiento de 2.5 por ciento este año y de 2.2 por ciento en 2020.
“Brasil es un tema candente para los inversionistas extranjeros”, asegura Fabio Alperowitch, gestor de cartera y fundador de Fama Investimentos, un gestor de fondos con sede en Sao Paulo. “Pero nadie cambiará de opinión solo por su discurso. El nivel de escepticismo de los inversionistas con los mercados emergentes sigue siendo alto “.
En su largo vuelo a Davos, Bolsonaro llevará el plan crucial para enfrentar un déficit presupuestario que ronda 7 por ciento del Producto Interno Bruto: un borrador de propuesta para recortar los gastos de pensiones y ahorrar hasta 1 billón de reales en 10 años. El apoyo del Congreso para el proyecto de ley será decisivo para su administración.
En la mira
Con la ausencia de líderes regionales como el argentino Mauricio Macri y el mexicano Andrés Manuel López Obrador, además de grandes nombres como Donald Trump o Xi Jinping, Bolsonaro debería robarse parte de la atención en Davos. Mientras que los presidentes de Colombia, Ecuador y Paraguay fueron agrupados en el mismo panel sobre América Latina, Bolsonaro dará su propio “discurso especial” con el fundador de WEF, Klaus Schwab.
“Es un momento único en que tenemos un gobierno que es abiertamente liberal”, asegura Alberto Ramos, economista jefe para América Latina de Goldman Sachs. “Nunca hemos visto eso en Brasil”.
Muchas posibilidades
El potencial es enorme. Brasil no solo cuenta con grandes reservas energéticas, sino que también tiene un mercado de consumo considerable con una demanda acumulada de todo tipo de bienes y servicios de calidad, desde atención médica, hasta automóviles más económicos y mejores carreteras.
Tomemos el ejemplo de los paneles solares. El sector creció casi 400 por ciento el año pasado, y aún así representa solo 0.4 por ciento de la matriz energética de Brasil. Eso se compara con alrededor de 6 por ciento del consumo de energía solar en Alemania, donde la radiación solar es 40 por ciento más débil que en Brasil, según datos del Banco Mundial.
“Las oportunidades son grandes”, afirma Bernardo Schneider, director ejecutivo de Icatu Vanguarda, una firma de gestión de inversiones con sede en Río de Janeiro y 21 mil millones de reales (5 mil 600 millones de dólares) bajo administración. “No es un mito, es una oportunidad a largo plazo”.
Foto: Bloomberg
Texto: Raymond Colitt | Bloomberg