¿Te cuesta trabajo reconocer rostros? No eres distraído, podrías tener esta enfermedad
Los misterios alrededor del cerebro humano y su concreta coordinación con otros órganos, continúan fascinando a la comunidad global. A pesar de ello, en muchas ocasiones se pasan por alto las irregularidades que derivan del «padre de todos los órganos».
Tal es el caso de enfermedades como la prosopagnosia, la cual impide que se reconozcan rostros humanos. El no poder distinguir la claridad de una cara, suele relacionarse con miopía o con simple distracción, en realidad puede tratarse de una grave enfermedad.
La doctora Sarah Bate —investigadora del Centro de Investigación de Prosopagnosia— explica que la prosopagnosia es un trastorno cognitivo muy relegado en el campo científico. La enfermedad (conocida también como ceguera de caras) tiene diferentes grados de gravedad:
«Hay pacientes que sólo distinguen a sus familiares por rasgos prominentes (un lunar, una nariz ancha, el color del cabello, etc.) En el peor de los casos, no pueden ni reconocerse en un espejo. En este punto, los rostros para ellos son percibidos como «nubes borrosas».
Y aunque son muy escasos, han existido cuadros clínicos en los que los pacientes confunden un rostro con cualquier otro objeto».
El área específica del cerebro que se asocia con la prosopagnosia es el giro fusiforme. En esta área es donde se activa la respuesta a los rostros y es la que permite «filtrarlos» de otros objetos inanimados en el ambiente.
Las personas con ceguera de caras dependen de recursos alternativos para reconocer a sus allegados, el más usual desde luego es la voz.
¿Qué causa la prosopagnosia?
La proporción de afectados con esta enfermedad es mínima (un 2.5 % de los estadounidenses según Bate). Los expertos afirman que la mayoría de los casos es una enfermedad congénita. Los afectados suelen ver perfectamente en la niñez y en la adultez temprana. La ceguera de rostros aparece de forma paulatina.
Sin embargo, es posible adquirir la enfermedad en la edad adulta tras una operación en la zona cerebral o un accidente. La determinante para desarrollarla sería la gravedad de la lesión en el giro fusiforme.
¿Cómo se diagnostica?
Aún en la actualidad existen pocas pruebas neuropsicológicas que otorguen el diagnostico desde el inicio. Los médicos suelen hacer pruebas empíricas en pacientes que sospechan haber adquirido prosopagnosia. El análisis inicial es muy simple: les muestran rostros de celebridades cada chequeo y monitorean lo dicho por los afectados.
¿Existe cura?
Bate declara que no existe un tratamiento formal para la prosopagnosia, sin embargo afirma que ella y sus colegas, trabajan de manera continua en el desarrollo de programas informáticos e intervenciones farmacéuticas que mejoran el problema de manera temporal.
Las investigaciones continúan.
¿Conocías acerca de la «ceguera de rostros»?
Con información de: https://www.vix.com/