EE.UU., 27 de septiembre del 2018.- Marcada de por vida. Así se ha descrito Christine Blasey-Ford, presunta víctima de abuso sexual por parte del nominado al Tribunal Supremo de EEUU, Brett Kavanaugh.
Blasey-Ford, profesora de estadística en Silicon Valley, es una de las cuatro mujeres que han acusado públicamente al juez de agresión sexual.
Kavanaugh lo niega todo. Aunque con dichas acusaciones desde hace dos semanas aflora un pasado del juez de afición al alcohol y las fiestas.
«Creí que me iba a violar. Intenté gritar para pedir ayuda. Cuando lo hice, Brett me tapó la boca con la mano para evitar que gritara. Eso fue lo que más me aterrorizó y lo que perduró como un duro impacto en mi vida. Me costaba respirar, y pensé que Brett iba a matarme de manera accidental.» declaró Christine Blasey-Ford visiblemente afectada.
Los hechos ocurrieron en 1982 cuando ambos eran adolescentes. Ante el Comité Judicial del Senado Blasey-Ford considera su testiminio como un deber cívico.
«Las víctimas de agresión sexual deberían poder decidir ellas mismas cuándo y como se hacen públicas sus experiencias privadas. A medida que se acercaba la fecha de esta audiencia, estaba hecha un mar de dudas y me preguntaba: ¿Comparto los hechos con el Senado y me pongo a mí y a mi familia bajo los focos de la mirada pública o preservo nuestra privacidad y dejo que el Senado decida sobre Kavanaugh sin conocer toda la verdad sobre su comportamiento en el pasado?».
La confirmación de Kavanaugh tiene que hacerse antes de las elecciones del 6 de noviembre. Donald Trump no descarta retirarle su apoyo tras esta audiencia crucial.
Con información de: https://es.euronews.com/
