19 de Septiembre del 2018.
Cuesta la deuda igual que obras.
Ha crecido tanto el costo de la deuda y se ha castigado tanto la inversión en obra pública, que hoy el Gobierno federal gasta casi lo mismo en ambos conceptos. En la Administración que está por terminar los dos gastos han evolucionado con rapidez pero en sentido inverso: por un lado, el pago de intereses y comisiones de la deuda pública se ha incrementado, y por el otro, los continuos recortes han llevado a reducir la inversión pública en infraestructura De acuerdo con cifras de la Secretaría de Hacienda, en los primeros siete meses del año se ha destinado un total de 367 mil 492 millones de pesos en inversión pública en infraestructura, la cual comprende la construcción y conservación de obra pública Este monto representa 11.4 por ciento del gasto total. En tanto, para cubrir el costo financiero, es decir el pago de intereses y comisiones de la deuda pública, se han destinado 364 mil 385 millones de pesos, 11.3 por ciento del total del gasto.
Llevará cinco años más reconstruir la CDMX.
Al cumplirse el primer aniversario del sismo del 19 de septiembre, la administración de la Ciudad de México hace un balance de la tragedia que dejó alrededor de 80 mil damnificados y más de 7 mil inmuebles con algún tipo de afectación. Autoridades reconocen que el panorama es incierto para la ciudad y consideran que la reconstrucción tardará cinco años más. El comisionado para la Reconstrucción Edgar Tungüí, dice que el hecho de que diputados de la Asamblea Legislativa hayan querido tener el control del manejo de los recursos y la politización del tema durante las campañas electorales influyeron en el retraso de los trabajos para atender a los damnificados.
A un año, sin atlas de riesgos.
A excepción de Morelos, los gobiernos de los estados y municipios más afectados por el sismo del 19 de septiembre de 2017 no han actualizado sus respectivos atlas de riesgo. Algunos documentos datan, incluso, de hace 10 años. El atlas de riesgo de Chiapas fue elaborado en 2007; el de Puebla, en 2009; el de Oaxaca, en 2010; el del Estado de México, en 2012, y el de Morelos en 2017, mientras que el de Guerrero no está fechado. Situación similar ocurre con los de algunos de los municipios más afectados por el terremoto, como Jojutla, Morelos, que no ha sido actualizado desde 2010; el de Juchitán, Oaxaca, del 2012, y el de Ixtepec, en la misma entidad, de 2013, mientras que el de Huejotzingo. Puebla, es de 2015. Sólo están actualizados los atlas de riesgos de los estados de Colima y Quintana Roo, además del de Morelos; y a nivel municipal los de Ahuacatlán. Puebla; Tonatico, Edomex, y Tapachula, Chiapas. La información oficial disponible indica que faltan por actualizar los atlas de riesgo de 29 de las 32 entidades federativas y de dos mil 455 de los dos mil 458 municipios del país.
Sin reglamento de construcción, 93% de los municipios.
México e los 2 mil 457 municipios del país, solo 165, 93 por ciento, cuentan con un reglamento de construcción, y de éstos 45 por ciento no tiene normas técnicas complementarias, por lo que únicamente son trámites administrativos para obtener los permisos, explicó el subdirector de Vulnerabilidad Estructural del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) Joel Aragón. En su participación en la mesa de diálogo Factores clave en la seguridad y calidad de las obras de infraestructura, organizado por la empresa SGS, Aragón dijo que la ausencia de leyes representa un gran problema para la construcción, o que cuando existen no se cumplen a cabalidad. En la Constitución está escrito que el municipio es la unidad mínima de autoridad y cada uno es libre, soberano y responsable de sus propias leyes. Eso nos pone en graves problemas, porque no existen realmente reglamentaciones y leyes de construcción, y si hay, no se cumplen, dijo el funcionario.
Falso, que me vaya a echar para atrás en promesas: AMLO.
El presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, reiteró que cumplirá todos sus compromisos de campaña: no le voy a fallar al pueblo de México, y aclaró que si dijo que el país está en bancarrota es porque quiero que se tenga conocimiento del punto de partida. No es ninguna justificación y vamos a salir adelante, apuntó. Señaló que la polémica generada por declarar que México está en bancarrota es producto de que nuestros adversarios, los conservadores, la prensa fifí, no terminan todavía de digerir lo que sucedió en la elección presidencial, y pues están ahí aten tos, sacando de contexto las cosas, buscando las podridas. Interrogado en el aeropuerto de La Paz, Baja California Sur, antes de partir a Guadalajara, Jalisco, sobre las reacciones que causaron sus declaraciones dos semanas después de asegurar que recibía un país fuerte, con estabilidad financiera, respondió que México lleva 30 años sin crecimiento económico.
Aseguradoras exigen leer la `letra chiquita`.
Manuel Escobedo Conover, presidente de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS) pide leer la letra chiquita de las pólizas antes de que los clientes comiencen a quejarse por los malos tratos o porque no les pagan lo que aseguraron. Luego de que Mario Di Costanzo, presidente de la Condusef, dijo en entrevista con El Sol de México que las pólizas como están en la actualidad no sirven en caso de terremoto, Escobedo señaló que sin duda hay que saber leer y escribir para poder comprender la póliza y entender qué pagan. Porque la gente va a tener expectativas que no necesariamente van a corresponder a lo que compraron, justificó ante reporteros. No te lo puedo decir a ciencia cierta, respondió cuando le preguntaron por cuántas personas no han recibido el pago de su seguro desde el 19 de septiembre de 2017. Marcos Martínez Gavica, Presidente de la Asociación de Bancos de México (ABM) rechazó que haya mexicanos que quedaron sin casa y les sigan cobrando. Suena un poco ilógico que ya perdió la casa, pero tiene que seguir pagando un crédito.
Falta por demoler el 57% de edificios de alto riesgo.
Sólo el 43 por ciento de los edificios (434) que fueron reportados como de alto riesgo ha sido demolido por las autoridades capitalinas, el resto (57%) de los inmuebles sigue acordonado, abandonado, vandalizado… y en espera de desmantelamiento, pues aún no hay fecha para hacerlo. Crónica visitó decenas de edificios de las delegaciones Benito Juárez, Cuauhtémoc y Tlalpan, que aún siguen de pie, a pesar de que su estructura está a punto de colapsar debido a los daños que sufrieron por el sismo del 19 de septiembre del año pasado. En Tlalpan, Los Girasoles de Miramontes siguen “marchitos”. Familias completas han abandonado sus hogares que quedaron destruidos. Afuera, a unos metros del edificio dañado y sobre la banqueta, en una carpa azul, de esas que regaló el Gobierno de la Ciudad, continúa viviendo parte de una familia que se niega a que los hampones se lleven lo poco que le quedó.
CCE: debe continuar NAIM en Texcoco.
Continuar con la construcción del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México (NAIM) es la opción más viable para el sector privado por los mecanismos de financiamiento disponibles, su sustentabilidad y visión de largo plazo, expuso el Consejo Coordinador Empresarial (CCE y propuso medidas para potencializar sus beneficios como la creación de una zona especial de impacto social para los ocho municipios que circundan el proyecto. La mejor opción es continuar la construcción de esta obra de infraestructura en Texcoco, que permite mantener los más altos estándares de seguridad aeronáutica, dijo Juan Pablo Castañón, presidente del CCE. En este sentido, agregó que se trata de un proyecto rentable que podría generar más de mil millones de dólares al año para los mexicanos, con un costo total de 13 mil 300 millones de dólares, y se estima que la inversión privada represente al menos el 70 por ciento del financiamiento, mientras que sus costos de operación serían menores a la otra opción entre 25 y 30 por ciento.
CCE defiende opción de Texcoco para NAIM.
El Consejo Coordinador Empresarial (CCE) confirmó que el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) en Texcoco es la única opción financiable, generador de hasta 1 millón de empleos y responde a la movilidad de pasaje y mercancías en el largo plazo, por lo que advirtió al presidente electo, Andrés Manuel López, que de cancelar esta megaobra de infraestructura conllevará una penalización de 120,000 millones de pesos. Al entregar el estudio sobre alternativas para solucionar la saturación del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) a Javier Jiménez Espriú, próximo secretario de Comunicaciones y Transportes (SCT) el sector empresarial de México recomendó continuar con la construcción del aeropuerto de Texcoco por las ventajas económicas y sociales que ofrecerá, contra el proyecto de Santa Lucía, el cual no posee análisis técnicos ni ambientales, además de que en un periodo de 10 años se saturaría.
El 19S todavía cimbra.
Hoy hace un año, un sismo de magnitud 7.1 en la escala de Richter azotó la zona centro del país causando incontables pérdidas materiales y más de 360 muertos, entre ellos, la de nueve extranjeros, indicó la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE). El suizo y sobreviviente, Marc Wehmeijer, refiere en entrevista con El Heraldo de México que días antes del sismo vendió su coche porque no lograba manejar en una ciudad donde lo que prevalece en lo cotidiano es la violencia, la falta de cortesía y solidaridad en las calles de la población al conducir. Días después, su opinión cambiaría radicalmente, tras ser rescatado por un hombre desconocido de entre las losas de un edificio derrumbado. Conocí la solidaridad, la organización, la eficacia, dijo.
Las heridas de México, un año después del sismo
“Durante tres meses”, dice Cristina Serrano, “dormimos los 10 ahí”. La mujer señala una tienda de campaña gris, sucia, instalada sobre unos palés desgastados. Grande para ser una tienda de campaña; enana, minúscula, para albergar a cuatro personas. Ni qué decir de 10. Serrano explica: “Ahí estábamos mi esposo, mis dos hijas, mi hijo pequeño, mis nietos”. Y claro, ella. Pero y, ¿cómo se acomodaban? “Pues ahí”, contesta, “apretaditos”. Como Serrano, 365 días después del terremoto del 19 de septiembre de 2017, muchas familias mexicanas, que perdieron sus viviendas, han pasado de alojarse en una tienda de campaña a habitar una casa de cartón, madera y otros materiales reciclados en el sur de la capital y pelean con el Gobierno para que se las reforme sin costo para ellos. Además de una historia de supervivencia, la vida en los campamentos es una eterna vuelta al pasado, a los segundos que duró el terremoto, a cómo salieron de sus casas, sin saber cuánto tiempo seguirán así. “Durante tres meses”, dice Cristina Serrano, “dormimos los diez ahí”.