La crisis alimentaria llega a los comedores militares de Venezuela
Caracas, 09 de abril del 2018.- Sargentos y oficiales de los rangos inferiores son los más afectados por las condiciones salariales y de trabajo en la Guardia Nacional Bolivariana (Ejército) al punto de ser cientos los que solicitan su baja.
“En este país nadie está bien, excepto la cúpula chavista. Quien piense que estamos mejor por ser militares, está equivocado. No tenemos qué comer”, afirma un sargento que pide el anonimato en declaraciones al diario Mundo Oriental.
“Y todos pagamos por el error de un sistema que no ha sabido reconocer a quienes disienten, a quienes piensan diferente, y eso es discriminatorio”, añade.
El rotativo agrega que las solicitudes de baja se cuentan por cientos, de acuerdo con fuentes vinculadas al Ministerio de la Defensa, responsable de aprobarlas.
En Seguros Horizonte en Los Próceres, encargada de la seguridad social de las fuerzas armadas venezolanas, se formalizan cuatro trámites de baja a diario.
Pero las peticiones de retiro llegan a 20 por semana, por lo que cada mes se registran unas 80, aseguran fuentes de esa institución.
“De mantenerse ese ritmo, a finales de año se habrían concretado 960 bajas en Caracas, dato grueso que no incluye los retiros gestionados en los otros 33 despachos de la aseguradora en todo el territorio nacional”, precisa Mundo Oriental.
Los elementos del Ejército y la GNB se quejan de asuntos tan elementales como falta de alimentos básicos.
Oficiales de bajo rango afirman que solo en ocasiones comen un plato insípido de pasta con rebanadas de plátano rancio.
Otra dimensión del drama que sacude al Ministerio de la Defensa es la partida de pilotos militares que, seducidos por salarios dolarizados, prefieren irse a Conviasa y a empresas privadas, añade el trabajo periodístico.
Como antídoto, el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, publicó un video en el que aparecía en un cuartel comiendo como si fuera uno más de la tropa, agrega el reporte.
Un informe oficial preciso y verídico es inexistente, sin embargo existen elementos que llevan a concluir la gravedad de la situación.
En mayo pasado el opositor Henrique Capriles estimó en mil las solicitudes de retiro motivadas por el descontento.
Se trata de una situación que se remonta al menos a 2011, cuando la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) formó de manera extraordinaria en cuatro meses a 400 sargentos por el retiro de oficiales.
En 2009 fuentes extraoficiales señalaron que se habían recibido mil 500 peticiones de retiro, entre ellas la de un general.
La actual situación de los militares contrasta con el incremento del 50 por ciento superior al que recibieron los militares en relación al personal de la salud y de la enseñanza en 2011.
También con los tres aumentos salariales que se les otorgó en 2013, año en que también se anunció la creación de un fondo de contingencia médica y otro para dotación de vivienda.
La situación en los comedores militares hace que algunos oficiales lleven sus propios alimentos y otros reciban permisos para ir a sus casas a comer.
“No puedo hacer nada con dos millones de bolívares mensuales. Se me va la vida esperando que la situación económica mejore y que haya condiciones dignas para servir a mi patria”, dice un sargento.
“El país nos necesita, pero el gobierno no mira a los oficiales de bajo rango con la misma piedad con la que ve al Alto Mando Militar”, expresa, y enmudece de momento”.
El oficial es afortunado pues recibió una herencia consistente en tierras de cultivo que se apresta a trabajar.
“Cuando dices que sirves a la patria pero tienes que recurrir a la reventa de cosas porque el Estado no te garantiza las condiciones básicas para vivir, nada haces con el orgullo militar. Prefiero servir a mi familia”, matiza.
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