29 de noviembre de 2016.- Mucho se habla del metabolismo y de los beneficios de acelerarlo para quemar más calorías. Pero ¿sabes de verdad qué es? Pues, antes que nada debes tener presente que (explicado de forma sencilla y muy general) es el proceso realizado por el cuerpo para convertir todo lo que ingieres en energía.
Ahora que tienes un poco más claro de qué se trata este famoso proceso, tal vez quieras conocer cuáles son los mejores hábitos que puedes adquirir para revolucionarlo, es decir, para que funcione de la mejor manera y convierta todo lo que le brindas en más y mejor energía.
Sí a la grasas
Decirle que no a un grupo alimenticio entero no solo es dañino para el cuerpo, sino que también hará que el rendimiento del metabolismo se resienta. Por eso, es importante redimir a la palabra «grasa» y tener en cuenta que las grasas »buenas» son necesarias para mantener un buen ritmo metabólico.
¿Dónde encontrarás las grasas »buenas»? En los frutos secos, el aceite de oliva, el salmón, el aguacate…
No más de 4 horas
Si te pasas más de 4 ó 5 horas sin comer absolutamente nada y piensas que así perderás peso, lamento decirte que no vas por el mejor camino. Para mantener al metabolismo andando es importante comer porciones más pequeñas con mayor frecuencia. Esto evitará que llegues muy hambrienta a la cena y comas más de la cuenta.
La fuente de vida
La ley de las 8 horas
Si conviertes al descanso en tu prioridad, tu cuerpo tendrá un mejor rendimiento a lo largo de todo el día y evitarás que tu metabolismo se enlentezca. ¡Otro motivo más para darle al sueño el valor que merece!
Comer más para bajar más
Está comprobado que las dietas hipocalóricas son completamente inútiles. En primer lugar, porque implican un déficit nutricional para el organismo y esto no solo es dañino sino que provoca que, como mecanismo de defensa, el metabolismo se enlentezca.
Los alimentos aliados
Para lograr un óptimo desempeño de tu metabolismo, querrás saber cuáles son los alimentos que mejor le sientan:
- las frutas como las frambuesas, las manzanas y el melón,
- frutos secos como las almendras,
- proteínas como el salmón y el pollo,
- bebidas como el té verde.
Y recuerda: para lograr el equilibrio deseado debes comer de todo en su justa medida.
¡A moverse!
Si realizas al menos una hora de deporte por día te asegurarás de que tu ritmo metabólico esté por los cielos. Solo tienes que elegir la actividad que más disfrutes y regalártela: te aseguro que no te arrepentirás.
Como ves, para obtener una revolución positiva en este proceso natural no es necesario realizar esfuerzos sobrehumanos, sino que se trata de pequeñas modificaciones en el día a día que pueden llevarte a lograr un gran cambio. Incorpora cada uno de ellos de a uno y verás cómo los resultados llegarán y ¡para quedarse!
Con información de: http://www.vix.com/
