2.5 millones de jóvenes se ven sin opción de emplearse
Ciudad de México, 12 de agosto de 2016.- Desanima a este grupo de personas las actuales condiciones del mercado laboral; analistas proponen que se aborde el problema mediante políticas públicas.
El acceso al mercado laboral en México para los jóvenes se hace cada vez más complejo, debido a una demanda más exigente y a la precariedad de los empleos, dejando a muchos sin la posibilidad de un desarrollo productivo y profesional acorde a sus capacidades.
Durante el primer trimestre del año, 2 millones 495 mil jóvenes de entre 15 y 29 años desistieron o no buscaron empleo por considerar que no tienen posibilidades de acceder a él.
La cifra es más del doble del millón 144 mil jóvenes que sí buscaron empleo, pero no encontraron y se mantuvieron desempleados en el primer trimestre, de acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo que elabora el Inegi.
“Este importante grupo de jóvenes que no están saliendo a buscar empleo, que están desanimados por las condiciones actuales del mercado laboral, y que están haciendo una pausa mientras deciden qué hacer con su vida, no se le ha sacado todo el provecho que se le pudiera, no hemos tenido como país, las condiciones para aprovechar productivamente toda esa mano de obra”, comentó Antonio Morfín, director del Centro de Alta Dirección en Economía y Negocios (CADEN) de la Universidad Anáhuac.
Además, es un tema que no ha tenido la suficiente atención, no sólo de la política pública, sino de la sociedad en su conjunto, incluidos los gobiernos locales, las organizaciones de la sociedad civil, universidades y escuelas, agregó el especialista.
Este segmento que ha desistido de buscar empleo forma parte de los 6 millones 755 mil jóvenes que estima la Cepal que ni trabajan ni estudian en el país, los ninis, de los cuales 79% son mujeres. Es un grupo muy importante porque son personas que están en la etapa de mayor vigor, en la etapa que podrían contribuir más al país, que están en la edad de iniciar su vida productiva, advirtió Antonio Morfín.
Según los resultados del módulo de trayectoria laboral 2010-2015 dados a conocer recientemente por el Inegi y la Consar, de los 6.5 millones de jóvenes entre 18 y 29 años que tuvieron alguna experiencia laboral en los últimos seis años, solamente 1.3 millones continuó en su primer empleo.
Los restantes 5.2 millones no siguieron en su primer trabajo, debido a que el ingreso era insuficiente (15.2%), finalizó su contrato (12.3%), las condiciones laborales eran inadecuadas (10.3%), cerró o quebró el negocio (6.1%), o simplemente lo despidieron (4%).
Del total de jóvenes que no continuaron en su primer trabajo, la mitad (52.4%) se perfiló a buscar otro empleo o a trabajar en otro negocio, el resto se dedicó a estudiar (28.5%), a realizar labores en su hogar (16.8%), o a “otras actividades” (2.3%).
Los jóvenes sí consiguen empleo en México, pero éstos son de una calidad que está en promedio por debajo de sus expectativas y necesidades. Son trabajos que no les están satisfaciendo, que no les permiten desarrollar sus planes de vida y de carrera, y ahí hay un reto importante, comentó el académico de la Universidad Anáhuac.
El problema en los jóvenes mejor preparados está en el desarrollo de su carrera, tienden a estancarse el crecimiento salarial y esto les causa impaciencia y frustración. En el caso de los muchachos menos preparados, el problema son los trabajos de muy mala calidad, destacó Antonio Morfín.
En México, la tasa de desocupación en los jóvenes de 15 a 29 años durante el primer trimestre de 2016 fue de 7.2%, nivel superior a la media nacional que fue de 4.0%. Por grupo de edades, el rango de 20 a 24 años registran el mayor nivel de desocupación con una tasa de 8.4%, mientras que el menor nivel se presenta en los jóvenes de 25 a 29 con una tasa de 5.9%.
Uno de los problemas que enfrenta la población joven al momento de buscar trabajo es la falta de experiencia laboral, porque cerca de dos de cada 10 jóvenes (19.6%) desocupados no cuenta con dicho requisito.
Por su posición en el trabajo, la mayor parte de los jóvenes (80.7%) labora de manera subordinada y remunerada; 9.4% son trabajadores por cuenta propia; el personal sin pago representa 8.8% y el resto son empleadores, 1.2%.
Un aspecto que vulnera la ocupación de los jóvenes es la condición de informalidad de su empleo, ya que 61.1% labora en estas condiciones y se hace más notorio cuando su escolaridad es baja: 69.9% entre los muchachos ocupados tienen educación básica [secundaria o primaria], mientras que los que cuentan con estudios medio superior y superior es de 30.1%.
La vulnerabilidad de la población que se ocupa en un empleo informal se manifiesta de muchas maneras, una de ellas es el ingreso que perciben por su trabajo.
En ese sentido, la proporción de jóvenes que se ocupan de manera informal y que reciben hasta un salario mínimo es de 22.1%; uno de cada tres (34.6%) recibe más de uno y hasta dos salarios mínimos; mientras que 15 de cada 100 no reciben remuneración. En conjunto, estas categorías representan 71.8% de la población de 15 a 29 años ocupada de manera informal.
En el futuro inmediato, no se ven grandes cambios en el mercado laboral de los jóvenes en México, pero este tema del tránsito de su vida de estudiantes al mercado laboral, es un tema que no ha recibido toda la atención que debería de los distintos actores sociales, enfatizó Antonio Morfín.
“Creo que es un tema que requiere mucho más atención, y sí es un tema muy importante, porque estos jóvenes muy rápido se convierten en adultos desencantados, desenganchados de la sociedad, que hacen más difícil el funcionamiento de todo”, manifestó.
Rubén Migueles | El Universal