10 cosas que nunca te enseñaron y podrían salvarte la vida (o a alguien más)
Los seres humanos somos vulnerables a todo tipo de peligros. Pero en lugar de asustarnos, debemos estar preparados para cualquier emergencia. Los siguientes consejos puedes aplicarlos para salvar la vida de alguien, antes de que lleguen los servicios de emergencia. ¡Toma nota!
#1 Respiración boca a boca
Este procedimiento puede ser la diferencia entre la vida y la muerte. Se lleva a cabo cuando la persona está inconsciente y no respira, pero sí hay presencia de pulso.
Para realizarlo debes recordar los pasos y seguirlos al pie de la letra. Si en el lugar se encuentra un médico o un experto en emergencias, lo mejor será dejarlo actuar. Si no hay ningún profesional para auxiliar a la persona que lo necesita, puedes aplicarlo mientras llegan los servicios de emergencia.
Primero debes cerrar los orificios nasales de la víctima, con ayuda de una de tus manos. Extiende la cabeza de la víctima hacia atrás y coloca tu boca alrededor de la suya. No dejes que el aire se escape.
Introduce suficiente aire en sus pulmones y verifica que el pecho se eleve. Deja salir el aire después de esto y observa si el pecho desciende, como en una respiración normal.
Debes dar la insuflación en aproximadamente un segundo, no debe hacerse de manera muy rápida ni muy fuerte. Nunca debe durar más de 5 segundos.
#2 En caso de incendio
Los incendios pueden originarse a la menor provocación, por lo que debemos estar preparados. El fuego y el humo se extienden con rapidez y lo vital es proteger tu cuerpo y tus vías respiratorias de factores de riesgo.
Si no puedes salir del inmueble rápidamente, debes hacer lo siguiente. Moja un paño o tela y colócalo sobre tu nariz y boca. Arrástrate por el piso hasta llegar a una salida.
Entre más cerca del piso estés, será mejor. Así evitarás la inhalación de gases tóxicos, el calor excesivo y tendrás una mejor visibilidad. Esto puede salvarte la vida.
#3 Desmayos
Un desmayo se manifiesta generalmente cuando una persona pierde la consciencia. Sin embargo, también puede suceder que la persona esté despierta, pero se encuentre confundida o desorientada.
La pérdida de conocimiento leve suele darse por deshidratación, una baja en el nivel de glucosa en sangre o problemas en el corazón o sistema nervioso. En cualquier caso, siempre debe solicitarse la asistencia de un médico.
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Se debe evitar que la persona caiga al suelo, para así reducir la posibilidad de que sufra otras lesiones. Recuéstala en el piso boca arriba y levanta sus piernas a una altura de 30 centímetros.
Inclina la cabeza del desmayado ligeramente hacia atrás. Esto permitirá que su vía aérea quede despejada por completo y pueda respirar adecuadamente. Verifica su temperatura y asegúrate que permanezca cálido.
#4 En accidentes
Los accidentes ocurren a cualquier hora y en cualquier lugar. Lamentablemente, muchos de estos pueden dejar a las personas heridas. Lo importante es saber actuar.
No importa el tipo de accidente que se haya suscitado. Si ves a una persona tirada en el piso, no debes moverla. Sólo debes verificar si está consciente o no, y esperar a los paramédicos. En caso de hacer un movimiento, puedes empeorar gravemente una lesión.
Revisa si está respirando y si tiene pulso. Así te darás cuenta si necesita reanimación cardiopulmonar (RCP) o respiración boca a boca. Pregunta si hay un médico presente.
Si alguna persona tiene un objeto clavado en alguna parte del cuerpo, no debes moverlo ni tratar de retirarlo. Lo mejor es esperar a que llegue al hospital, de lo contrario puedes causar una hemorragia o un daño mayor en alguno de sus órganos.
#5 RCP
La reanimación cardiopulmonar o RCP es una práctica indispensable para los primeros auxilios. Esta debe darse cuando una persona no respira y no tiene pulso.
Debe identificarse el paro cardiorrespiratorio para actuar con rapidez. Lo primero es colocar a la persona sobre su espalda y en una superficie plana y segura.
Arrodíllate junto al cuello y los hombros de la víctima. Esta posición te permitirá dar la reanimación de manera adecuada. Coloca la palma de una de tus manos en el centro del pecho, entre los pezones.
Coloca la palma de la otra mano sobre la que está en el pecho. Asegúrate de mantener los codos derechos y posiciona los hombros directamente arriba de las manos.
Usa el peso de la parte superior de tu cuerpo y presiona el pecho con fuerza. Debe hundirse entre cinco y seis centímetros, no más. Presiona con firmeza a un ritmo de 100 a 120 compresiones por minuto.
En bebés y niños, la maniobra es diferente. En menores de un año, se deben hacer las comprensiones con ayuda de tan sólo dos dedos. Debe hacerse en el esternón, justo por debajo de los pezones. En niños que pasen el año, debe hacerse tan sólo con el talón de la mano. En infantes mayores de nueve años, se utilizan las dos manos.
#6 Convulsiones
Las convulsiones son un espasmo involuntario, que provoca que quien las sufra se sacuda rápidamente y sin control. Estas pueden llegan a ser peligrosas si no se otorgan primeros auxilios.
Suelen durar algunos minutos y la persona tarda un poco en recuperar la consciencia. Lo primero es evitar que la víctima caiga al suelo o se golpeé con algún objeto.
Recuesta al paciente de lado, para asegurar que respire. No introduzcas ningún objeto en la boca, pues podría asfixiarse. Puedes colocar una almohada o una superficie suave debajo de su cabeza, para evitar que se golpeé en el piso.
Permanece con la persona hasta que se haya recuperado por completo. Verifica si lleva alguna pulsera de asistencia, y de ser así, comunícate con el contacto de emergencia.
También es importante tomar el tiempo que dura la convulsión. Si dura más de cinco minutos o se dan varios ataques seguidos, es recomendable llamar a los servicios de emergencia.
#7 Quemaduras
Una quemadura es un daño en la piel. Puede darse por el contacto con el sol, el fuego, electricidad o sustancias químicas. Son muy dolorosas y pueden llegar a ser severas.
Si la quemadura es profunda, hace que la piel luzca severa o áspera, debe llamarse a emergencias. De igual forma, si parece estar carbonizada o con manchas blancas, negras o marrones, se necesita asistencia médica de manera urgen. Lo mismo ocurre si la quemadura mide más de 8 centímetros.
Si hay un ligero enrojecimiento en la piel, ampollas y mide menos de 8 centímetros, es una quemadura leve que se puede atender con primeros auxilios. En este último caso, debes enfriar la quemadura con ayuda de agua a temperatura ambiente.
Coloca la herida bajo el agua corriente. No coloques ningún accesorio que roce la lesión. No explotes la ampolla y aplica una venda estéril sobre la quemadura. Después de unos días, puedes aplicar lociones indicadas para estos accidentes.
No deben aplicarse remedios caseros como mostaza o crema, esto puede empeorar la quemadura. Si el dolor persiste, puedes administrar analgésicos de venta libre.
En el caso de quemaduras graves, debes asegurarte de que la persona herida no esté en peligro o riesgo de sufrir otras lesiones. Eleva la zona de la quemadura y no apliques nada encima. Espera a que lleguen los servicios de emergencia.
#8 Asfixia
El atragantamiento o asfixia se da cuando un objeto extraño se aloja en la garganta o tráquea, e impide que pase el flujo de aire. Esto ocasiona que la persona deje de respirar.
Es algo frecuente en los menores de edad, pues no conocen los peligros de introducir objetos extraños en su garganta. Por lo mismo, se les debe tener vigilados en todo momento.
También puede darse al comer muy rápido, no masticar bien los alimentos, beber alcohol en exceso, o si se tienen problemas en la garganta, cuello o estómago.
Si el niño respira un poco, lo ideal es recostarlo de lado para mantener abiertas las vías respiratorias y reducir el riesgo de una obstrucción completa. La maniobra de Heimlich es la mejor opción cuando existe una obstrucción que no deja respirar a la víctima.
Si el pequeño es menor a un año, debes colocarlo boca abajo, sobre tus rodillas o antebrazo. Con la base de la palma de tu mano, aplica cinco golpes firmes entre los omóplatos. Si sigue sin respirar, acuéstalo sobre su espalda y coloca dos dedos sobre la parte inferior del esternón, justo debajo de la línea imaginaria que une los dos pezones. Realiza cinco compresiones rápidas.
Si es un niño mayor a un año o un adulto, debe hacerse lo siguiente. Párate o arrodíllate detrás de la víctima. Rodea su cuerpo con tus brazos y coloca tus manos justo por debajo de las costillas inferiores. Presiona con fuerza y hacia arriba, en un ángulo de 45 grados. Hazlo repetidamente.
Esto forzará la salida del aire que quede en el pecho de la persona y ayudará a que el objeto salga. Hazlo unas 10 veces más o hasta que la obstrucción ya no esté presente.
#9 Contusiones
Se le llama contusión a cualquier golpe o impacto que reciba el cuerpo. Algunas zonas son más sensibles que otras, por ejemplo las rodillas, los ojos, la cabeza, entre otras.
Algunas contusiones pueden causar más daños que otras. La más peligrosa puede ser la contusión en la cabeza. Es importante monitorear a la persona, ya que puede sufrir mareos y vómitos. Se recomienda que la persona no duerma tras un golpe en esta zona.
Los cuidados no son muy complicados, pero sí necesarios para aliviar la inflamación y ayudar al dolor. Se debe colocar hielo o agua fría en el área afectada durante 24 horas.
También se debe procurar el reposo y evitar movimientos bruscos, sobre todo cuando el impacto se dio en una articulación o extremidad. Mantener la zona elevada puede ayudar a la recuperación.
Se pueden aplicar pomadas especializadas en este tipo de golpes. Esto hará que el dolor y la inflamación cedan poco a poco. Si el dolor es muy intenso o se presentan mareos, se debe consultar a un médico.
#10 Hemorragia
Una hemorragia es una salida de sangre de las arterias, venas o capilares por donde circula, especialmente cuando se produce en cantidades muy grandes.
Suele darse después de un traumatismo severo. Lo ideal es siempre controlar la pérdida de sangre en el primer momento donde se hace presente.
Para evitar la pérdida de sangre, se debe presionar la herida firmemente. Puedes hacerlo con ayuda de gasas, un trapo o alguna prenda limpia. Será mejor si utilizas guantes de látex.
Si la prenda o gasa se empapa rápidamente, no debe ser retirada. Se debe colocar otro instrumento sobre el anterior, para seguir presionando. Presiona al menos durante diez minutos.
Si la herida está en una de las extremidades, se puede colocar un torniquete para evitar que salga el flujo de sangre. Necesitarás una banda de cinco centímetros de ancho y al menos medio metro de largo. Coloca por encima de la herida, pero no sobre la rodilla o codo. Anuda y deja que actúe.
Con información de: https://www.vix.com